La avenida principal de la ciudad desemboca en la costanera.
Playa de canto rodado y limo arenoso, despliega un extenso paseo para caminar, hacer running, andar en bicicleta o simplemente, presenciar la puesta de sol sobre el mar. Escenario de deportes náuticos durante todo el año, gastronomía patagónica y puntos panorámicos.
Desde la playa se puede contemplar el comienzo del casco céntrico, el Cerro Chenque, el Golfo San Jorge, el Puerto Antonio Morán y el horizonte infinito del Océano Atlántico.
En temporada, aves autóctonas, lobos marinos y hasta ballenas. En verano, se transforma en el balneario más popular de la zona.