Roblox es una de las plataformas más elegidas por niñas, niños y jóvenes en el mundo. Su masividad plantea oportunidades creativas, pero también riesgos vinculados al grooming, el ciberbullying y las lógicas de consumo problemático de pantallas. Desde el Programa de Cultura Digital Comodoro proponemos abrir el debate: ¿cómo acompañar a las infancias y juventudes en entornos digitales con una mirada crítica, inclusiva y responsable?

Roblox no es un videojuego más. Es una plataforma que funciona como un universo digital abierto donde los usuarios pueden crear sus ”otros mundos propios”, participar en minijuegos y relacionarse con millones de personas en todo el planeta. Cada jugador diseña un avatar y puede moverse entre distintas experiencias virtuales.

Laura De La Torre, coordinadora del Programa de Cultura Digital, explica: “cuando pensamos en los lugares que las tecnologías empiezan a construir para la interacción social, es indispensable que pensemos en código de cultura digital. Es decir, el desplazamiento hacia lo digital tiene que ver con poder pensar estos nuevos espacios en donde construimos realidades, pero que tienen nuevos códigos de interacción y además nuevos lenguajes.

Por eso, si bien Roblox puede potenciar la creatividad y el aprendizaje de algunas habilidades digitales, estas oportunidades conviven con riesgos que son importantes conocer. Uno de los principales, es el grooming y el contacto con desconocidos. Casos recientes en Río Negro y Santa Fe evidenciaron situaciones en las que adultos ofrecían monedas virtuales a cambio de material sexual.

Además, la plataforma no está exenta de ciberbullying. Según la Encuesta Kids Online Argentina (2025), un 21% de niños, niñas y adolescentes reportó haber sufrido este tipo de violencia, con mayor prevalencia entre las niñas.

Estas realidades abren interrogantes para pensar socialmente: ¿qué ocurre cuando una niña o un niño entra en contacto con desconocidos? ¿Cómo acompañar, desde el mundo adulto, sin prohibir pero generando entornos digitales seguros y de confianza?

Roblox ofrece herramientas de control parental –configurar chats de voz, limitar gastos, restringir la edad de acceso y habilitar el monitoreo adulto–. Sin embargo, ninguna de estas medidas sustituye la presencia activa y crítica de las personas adultas. Esa presencia debe partir del diálogo e interés de los adultos por los nuevos espacios que “habitan” los niños y jóvenes.

Desde el Programa de Cultura Digital Comodoro subrayamos que no se trata solo de prevenir riesgos, sino también de formar ciudadanía digital crítica desde la Alfabetización Mediática e Informacional: “¿De qué manera podemos acompañarlos para que hagan un uso responsable de estos videojuegos? Primero, conocer como adultos estos espacios. Si antes no los dejábamos ir a jugar solos a una plaza que estaba lejos de casa, si yo no los podía mirar y sabía a dónde estaban, ¿por qué hacemos esto en los espacios digitales? ¿Por qué no los acompañamos en esos espacios? Y a veces es muy sencillo, es sentarnos a la par y que nos expliquen, que ellos sean nuestros maestros en estos nuevos espacios, que ellos puedan develar, qué avatar eligen, qué tipo de juego, qué les suman a esa realidad y a esa vida que los chicos construyen dentro de estas plataformas”, opinó Laura De La Torre.

Los casos como el de Roblox muestran la necesidad de regulaciones de parte del Estado que obliguen a las plataformas a priorizar la seguridad de chicos y chicas, garantizando así la protección integral de sus derechos en los entornos digitales. Sin embargo, no hay una solución única para abordar este desafío y debemos tener en cuenta las particularidades de cada región. Por ello, es crucial que América Latina desarrolle su propia perspectiva en este debate global y adopte una actitud proactiva.

Las familias también cumplen un rol clave en el acompañamiento y cuidado durante el uso de estas plataformas. En este sentido, y resaltando la importancia del rol adulto, Laura De La Torre concluyó: “no se trata solamente de establecer riesgos, sino también de construir posibilidades, pero lamentablemente hoy los riesgos son más que esas posibilidades y por eso es indispensable que nosotros podamos ser parte de esa cultura digital que nuestros hijos habitan”.